El pasado viernes tuve formación de conservas vegetales de La Catedral De Navarra, tanto desconocimiento y tanto que aprender.
En ocasiones a las cosas más sencillas les prestamos menos atención y damos por hecho que ya controlamos todo acerca de ellas y no dedicamos un segundo más a las mismas.
Por ello creo que hay tanto desconocimiento en este tipo de producto de cara al consumidor. Y es que abres un frasco de alcachofa y no piensas más. Abres una lata de espárrago y ¾ de lo mismo. Abres un frasco de pimientos del piquillo….
Lo que intento transmitir hoy es lo siguiente:
(Escucho de fondo “Time Lapse” – Ludovico Einaudi)
Un frasco de alcachofas tiene muchos más matices, notas olfativas y gustativas y texturas de lo que nunca hubieras imaginado. En la zona del sur de España, en concreto Murcia y Alicante la alcachofa más comercializada tanto a nivel retail como en canal horeca es una alcachofa cítrica, con notas amargas estabilizadoras, con una textura rugosa tirando a dura. Y las costumbres o cosas que nos rodean, nos hacen pensar que eso es todo. Que las alcachofas en conserva son todas así, o que me gusta o no el producto de forma genérica.
En resumen, al igual que sabemos que hay diferentes tipos de calidades en el producto fresco, hemos de abrir nuestra mente y pensar que también existe esa variedad en el mundo de la conserva. Y es que una buena alcachofa como son las de La Catedral de Navarra, tiene denominación de origen Tudela, con el sello distintivo en su etiqueta ( con una seriedad detrás, de nada de importar producto barato de otra calidad y meterlo en el frasco como tal… ) una textura que se deshace en boca y lo más importante para mi es la sorpresa que te llevas cuando tus papilas gustativas te agradecen de que su sabor sea sin aditivos cítricos desmesurados, simplemente como si la hubiese cocido tú en casa, con su auténtico sabor nada enmascarado.
Así podría describirse al igual el espárrago, con su denominación de origen de Navarra, con su recolección nocturna para evitar esas desagradables hebras, con el mimo en el cuidado de sus fincas ( el espárrago necesita al menos ser sembrado, y que pasen dos temporadas para comenzar su recolección, agotándose la vida útil de la misma a los ocho años y volver a comenzar con el proceso. Esto necesita su dedicación. El espárrago crecerá hermoso sin torcerse y agradable a cada bocado, sin deshidratar y con todos los aromas).
Si nos vamos al caso del pimiento de piquillo, con tanto maltrato de calidad, pensando que solo existe el que te encuentras relleno en la barra de un bar.
Sorpresa, son finitos, rojos, pequeños y dulces. Cocinados en seco para controlar sus matices. Tan agradables y con tantos usos en tu cocina, acompañando una buena carne o porque no en un buen arroz.
Y si, cada uno de los productos de los que os hablo y muchos más que acompañan su porfolio son de calidad máxima. ¿Imaginas cómo de delicadas pueden ser sus cremas de verduras? Las suelo consumir bastante en invierno, pero en especial la crema de espárrago blanco me encanta tomarla fresquita en verano como entrante.
¿Preparado para descubrir la auténtica conserva vegetal? ¿Preparado para sentirte #extremadamentefoodie ?
Las grandes marcas verdaderas gourmet son #muynuut por algo. Al igual que sucede con una prenda o con la calidad de una crema específica para tu piel, que tienen un valor añadido sucede también con los alimentos.
¿Te conformas con cualquier cosa?